La acción y efecto de abonar. En agricultura, se entiende por abonar el beneficio que reporta á las tierras el estiércol y cualquiera otra substancia que se las echa.
El principio del abono está basado en la verdad científica nada se pierde, nada se crea. Toda clase de despojos orgánicos, animales ó vegetales; las cenizas; el hollín de las chimeneas; el cieno y fango que produce el sedimento de las aguas; las basuras de las calles; los escombros de tierra ó de fábrica de las demoliciones; las turbas, hullas y lignitos quemados; la cal; el yeso; el polvo de los caminos; la arena de playa; el cascote; la sal común; la fosforita y cuantos residuos sólidos y líquidos se hallen á mano suministran preciosos elementos de nutrición á las plantas y sirven de poderosos reactivos á los principios minerales del suelo, de que en vano hay que esperar opimos frutos si se le deja entregado al curso regular de las reacciones naturales.
No todos los abonos se pueden emplear del mismo modo en igual cantidad y estado y su preparación y aplicación constituyen una de las partes más interesantes de la química industrial, á quien tanto debe la agricultura, y, por consiguiente, la cocina.
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