Planta que tiene diferentes usos y aplicaciones, y cuyo nombre ha venido á enriquecer nuestro lenguaje figurado.
Las hojas del abrojo son rastreras y el fruto redondo, armado de cinco púas en forma de radios triangulares.
Las hojas, cuando son tempranas, limpias, blanqueadas por el escaldado, se pueden comer como se come el cardo.
Para los ojos, abrojos, son buenos para sacarlos, dice el cuento que recuerda aquel necio que leyó al final de la página de un libro las seis primeras palabras de la conseja, y le faltó tiempo para frotarse los ojos con abrojos.
En poco estuvo que perdiera la vista, y recordando de dónde le venía el daño acudió á su famoso libro, leyó de nuevo, volvió la hoja y siguió leyendo lo que antes hubiese debido leer.
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